Mariana Castro
7 febrero, 2022
Daniela Garanzini
7 febrero, 2022

Francesca Gnecchi

Cada uno de nosotros vive la sexualidad de formas distintas y encuentra la conexión con su cuerpo y con el placer de diversas maneras pero, la iglesia, los laboratorios, las publicidades y los medios de comunicación durante muchos años afectaron directamente la forma natural en la que los humanos veíamos a la sexualidad. Desde algunos sectores buscaron decirnos que el deseo estaba mal y que el sexo era solo para la reproducción; desde otros tratarnos de vender pastillas mágicas para aumentar la líbido o mantener erecciones; otros recortaron nuestro cuerpo a lo meramente genital y nos hicieron creer que la única forma en la que se podía vivir el sexo era desde el coito y manteniendo una frecuencia sexual determinada. Nos metieron a todos en la misma caja y anularon la individualidad.